EL ECO DE LA PAZ. HISTORIAS DE RECONCILIACIÓN DESDE EL CATATUMBO
Cada historia es importante. Desde #catatumbo con los frailes dominicos y el @justiciaypaztunja queremos contar una historia de reconciliación y paz. Hace 4 años, cuando visitamos el Corregimiento de Campo Dos (Tibú), eran muchas las preguntas, en medio de los contrastes de una región conocida por muchos como territorio de guerrillas y de narcos: Sin duda sabíamos que ese estigma era falso, pues a fin de cuentas, los frailes han acompañado el destino de estas comunidades por más de 80 años, y son testigos de otras historias que merecían ser contadas.
Entre los primeros rostros que aparecieron en el salón parroquial, para realizar un primer taller con la Universidad Santo Tomás, estaba Emilse, una mujer campesina de rostro dulce y generoso. Algunos más vendrían al lugar, motivados por el llamado que les haría su pastor, Fr. Wilmar Ruiz, un fraile joven que venía cumpliendo desde hacía 4 años una labor valiente en las entrañas del Catatumbo.
La constante que se recogió del encuentro dio una puntada al mismo problema: Dificultad para acceder a las oportunidades de formación y a la implementación de alternativas para la generación de ingresos por parte de las organizaciones campesinas, que en territorios afectados por el conflicto armado, hacen más difícil construir y llevar a su plena realización, el plan de vida que esas personas anhelan. Basta desplazarse por sus caminos veredales para confirmar lo anterior: Hasta el rio se muestra bravío arrasando cultivos en tiempos de invierno o imponiendo un control natural al paso de los campesinos: Total la naturaleza nunca perdona.
Venía avanzando para esta región la implementación del Acuerdo de Paz suscrito con la exguerrilla de las FARC; algunos actores nacionales e internacionales mostraron su interés con el fin de aportar recursos que permitieran avanzar en la consolidación de ese acuerdo. A este respecto, las palabras de Pablo VI en la Encíclica Populorum Progressio, sirvieron de inspiración: “El desarrollo es el nuevo nombre de la paz”. Con este lema como aliciente, habiendo escuchado la voz de los campesinos, fueron formulados diferentes proyectos con el ánimo de lograr tanto la adquisición de competencias para el fortalecimiento de las capacidades organizacionales de las asociaciones conformadas, así como su financiación. La buena noticia pronto llegó: La Agencia de Renovación del Territorio (ART), una Institución vinculada a los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) ofreció su apoyo económico a la Asociación de Productores Agroecológicos de Campo Dos (APACDOS) para la construcción del Centro de Acopio con el cual lograr la transformación del cacao. Sin duda una noticia esperanzadora para la misión emprendida. En tiempo de pandemia, Emilse y sus mujeres, con las botas puestas, asumieron la misión de financiar la mano de obra no calificada, y con el apoyo de los frailes y muchos amigos más, esta obra vio su luz en junio de 2021: Por un día, Campo Dos era la capital de la resiliencia, por un día, era la capital de la paz.
Algunos suelen decir que las buenas obras hablan por sí mismas; con el tiempo, más mujeres llegaron, cada una con diferentes ideas, muchas con emprendimientos todavía en ciernes, otras con procesos iniciados que debían fortalecer. Con la Promotoría de Justicia y Paz de los frailes dominicos y el Instituto de Justicia y Paz de la Universidad Santo Tomás de Tunja fueron convocados otros que quisieran sumarse a este proceso social. Docentes y estudiantes pronto respondieron, algunos aportaron ideas, muchos se consagraron en la formulación de proyectos, otros visitaron el Corregimiento para vivir la experiencia personalmente. Cada granito de arena ha sido fundamental en la consolidación de esta obra, que a la fecha cuenta con diferentes cursos de formación aplicados, varios proyectos en curso y muchas historias tejidas con los hilos de la reconciliación y la paz. El ecosistema descrito ha permitido la integración de 4 organizaciones de mujeres que a la fecha impulsan iniciativas campesinas relacionadas con cacao, lácteos, confecciones y manualidades.
Pues bien, del 20 al 22 de noviembre de 2022, una vez más visitamos Campo Dos. El motivo: Llevar a cabo la clausura del curso de Emprendimiento Social, con el cual certificamos a 57 mujeres. Fueron 3 días en los cuales se quiso que ellas fueran las protagonistas. En las diferentes jornadas tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano los resultados de los proyectos de investigación implementados en el año, presentar las ideas de negocio construidas en el marco del curso de Emprendimiento Social, ofrecer sus productos en una feria dispuesta para tal fin, compartir un sancocho campesino, preparado por ellas mismas, celebrar la Eucaristía en familia y recibir el diploma que las acredita como mujeres emprendedoras del Catatumbo. Esperamos que estas ideas se conviertan en insumo para la gestión de recursos con cooperación nacional o internacional. Como lo mencioné anteriormente, desde la voz de las mujeres se quiso escuchar a sus protagonistas: Cada una de estas iniciativas es un ejemplo de esperanza. Cada una de ellas teje un futuro para el Catatumbo, porque es posible compartir otra cara, y el rostro del Catatumbo tiene rostro de mujer.